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miércoles, 21 de noviembre de 2012

Eran felices...eran todo lo que habían buscado....parecía que nada se terminaba en ellos, que todo empezaba, que todo estaba en el por venir de los sueños realizados. Pasaban los días y los meses y los años y ellos se seguían despertando a la mañana con el desayuno, con mimos y nuevos anhelos que cocer en el edredón de la vida....
Sin embargo, de manera casi imperceptible...un día...al llegar a la casa, ella lo vio distinto. Parecía todo igual, con las mismas sonrisas y mismos sueños, pero con algunas gotitas de color menos. Era un detalle, solo un mínimo cambio en la rutina diaria de besos, pero que fue el principio de la extinción de muchas gotitas...
Pasaban los años y esas ausencias se fueron notando. Todas las gotas fueron destiñéndose  en sus colores. Mientras pasaba el tiempo ellos seguían en sus rutinas, pero ya no la común, fue como si estuvieran dormidos, como si no se buscaran más. El aire que respiraban era de plomo y las miradas de hielo. Los besos se convirtieron en pesadas cargas diarias en las que el otro era solo un participante…

…“y la vida siguió, como siguen las cosas que no tiene mucho sentido”…

Que será lo que nos hace mirarnos al espejo como seres vacios…cuál es el instante en el que la luz se nos escapa y nos volvemos blanco y negro…cómo se vuelve a la felicidad del amor, cuando no nos damos cuenta que erramos el camino…

Será cuestión de convertirnos en creyentes...tener fe de que somos lo que somos, lo que hacemos para cambiar lo que somos y queremos ser....todo en un combo mortal, con el que vamos transitando, tratando de ser mejores seres humanos....creyendo que podemos serlo...